KRAFTWERK
"Die Mensch-Maschine"
EMI
1978
Hay quien se atreve a aventurar que Kraftwerk ha sido la banda más importante del siglo XX, muy por encima, en originalidad e inventiva, de super grupos como Pink Floyd y los Beatles. Eran esenciales porque han sintetizado la tradición musical desde Bach a Elvis, dando lugar a un nuevo sonido: la electrónica. En la historia humana ha habido un siglo de cambios. La industria agrícola a evolucionado a alimentos transgenicos, la cultura popular se ha convertido en arte y las necesidades diarias se han convertido incidental, estados soberanos han abordado en un duelo y luego amorosamente abrazado, hombres y mujeres han roto las cadenas, las ideologías han dado lo mejor y lo peor de ellos, la cultura ha vivido momentos de profunda oscuridad y cita florida magnificencia. Todo y lo contrario de todo. Los cuatro genios de Düsseldorf han tenido a bien poner música en esta sociedad tecnológica en constante cambio y llevarlo a la consecuencia extrema y lógica: la deshumanización. "The Man Machine" es una obra maestra. Las notas emitidas ya no provienen de los instrumentos, sino de aparatos electrónicos, que sustituyen al hombre porque son mejor que él, más racional, carentes de humor, solamente el instinto, más mecánico. "The Robots" es la poesía fría de los autómatas en movimiento en una solemne reunión de hombres-máquina lista para moverse al unísono. "Spacelab" es en cambio el laboratorio espacial donde los robots construyen desde cero sus apéndices y a sus congéneres todavia mas perfectos reemplazando al hombre en todas las facetas: en este caso con síntesis de sonido, sintetizadores de voces y cajas de ritmos. Todo es nuevo en este disco, inédito, moderno, incluso demasiado moderno para parecer futurista. "Metropolis" anhela esa ciudad en estado de agitación perpetua, con el vuelo de coches y edificios con completa automatización. Hay que entender que los seres humanos han deshecho demasiado tiempo para ellos a lo largo de la historia, ahora es el momento de pasar el testigo a las máquinas. Con "The Model" entramos en el discurso cultural que requiere los objetos, las personas y las artes como meros productos de consumo, en una economía que crea necesidades para satisfacer su sed de crecimiento, una empresa que envuelve sus productos para producirlos todavia más atractivos. Por otro lado, "Neon Lights" es el análogo de la melancolía del que mira la occidental ciudad invadida por el neón como una serie de deslumbrantes luces que llenan los ojos brillantes; en esta canción asombro al nuevo mundo despierta ansiedad sobre el futuro de la vida humana, la reducción de nuestras perspectivas a los requisitos funcionales de la madre máquina. Por último, el tema que da título trae un incomparable hombre-máquina del fundamentalismo, se coloca en el altar del milenio, el simulacro de una raza superior que crea la perfección tecnológica de la Tierra y que, por tanto, se puede prescindir de la perfección de Dios.
Gracias a gente como el Sr. Ralf Hütter, Florian Schneider-Esleben, Karl Bartos y Wolfgang Flür que la música de hoy en día todavía está viva y llena de estímulos e influencias, lista para el nuevo y desconocido "The Man Machine" que ayudará al mundo a no privarse de nada, a creer en el progreso tecnológico y en la razón, pero también hay que alertarse sobre los peligros del exceso de esta automatización. Si realmente queremos una generación de hombres mejores, tenemos que ser capaces de combinar el desarrollo y la humanidad, la producción y la solidaridad.
10