THE DELTA SAINTS
Según como lo escuches y en que momento del día lo hagas, el álbum de The Delta Saints es como un viaje en tren a través del gran pantanoso sur de los Estados Unidos. Inmediatamente después de la primera toma con el baterista Ben Azzi y la guitarra de Dylan Fitch el tren te sacude con la ayuda desenfrenada de la armónica de Greg Hommert en una estación llamada Blues. Ben Ringel saca inmediatamente su agrietada voz cuando David Supica lanza su bajo contra él en A Bird Called Angola. Ben Ringel no sólo es un excelente cantante sino que a veces recuerda a cantantes de la talla de Johnny Winter o de Allman Brothers, gente de una calidad innata pero de demasiado control para ser imitados. El sonido que hay en Momma hace reducir la velocidad del tren nada más sonar el llanto de Hommert con su armónica y la atmósfera sureña que le abunda. Luego hay otro carbón para ser arrojado al fuego con la pala y no es otro tema que Voodoo Walk, aumentando la velocidad de nuevo. Callin 'Me Home es una canción sensual en la que Ben Ringel grita con sus pulmones por enésima vez a su vida y en Swamp Groove.
Después de llegar a la terminal de "Bird Called Angola", uno se acuerda de la teoría de la evolución de Charles Darwin y no es otra que la de: "el fuerte resistirá la prueba del tiempo". The Delta Saints representan la evolución de la música blues. El álbum es un homenaje a los grandes bluesmen del pasado, y también representa la continua evolución del género de blues a traves de este siglo 21.
El Blues está aquí para quedarse, y si grupos como The Delta Saints deciden seguir tocando, vamos a tener un gran porvenir durante años y años.
El Blues está aquí para quedarse, y si grupos como The Delta Saints deciden seguir tocando, vamos a tener un gran porvenir durante años y años.
Puntuación *9/10
SERGIO VERDIELL